Nivel de dificultad:
La lengua reconoce cuatro sabores básicos, dulce, ácido, salado y amargo. Según el chef Rausch, la magia está en saber equilibrar los sabores y aquí hay un simple truco para hacerlo:
Solo necesitas:
- Un chorrito de zumo de limón puede levantar un plato.
- La sal potencia los sabores.
- Un toque de azúcar puede suavizar una salsa muy ácida.
Con este truco sin duda mejorarás tus platos.
Cómo balancear la acidez del limón: preparación práctica
1. Limón + azúcar
Agrega una cucharadita de azúcar al jugo de limón.
El azúcar suaviza el impacto del ácido, haciendo que el jugo se sienta menos agresivo al paladar.
2. Limón + sal
Añade una pizca de sal al jugo de limón.
La sal reduce la sensación de acidez y resalta el sabor cítrico.
3. Limón + azúcar + sal
Mezcla el jugo de limón con una pequeña cantidad de sal y azúcar.
Se logra un equilibrio entre ácido, dulce y salado, creando un sabor más complejo, balanceado y agradable.
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Tip extra del chef:
Si estás usando limón en una preparación caliente (como una salsa o guiso), añádelo al final de la cocción, así conservas su frescura y evitas que el calor intensifique su acidez o amargor.
Además, el sabor será más brillante y natural.