
Nivel de dificultad:
Base
1/2 cda aceite de oliva
100 g salami en bastones pequeños
2 pechugas grandes (250 g c/u), cortadas a la mitad en filetes delgados
Mezcla de especias para el pollo
1/2 cdta sal
1/4 cdta pimienta
1/2 cdta ajo en polvo
3/4 cdta paprika
1/4 cdta salvia en polvo (opcional)
Risoni cremoso
2 dientes de ajo picados
1/2 cebolla finamente picada
1/4 taza vino blanco seco (opcional)
1/4 taza pasta de tomate
1 1/4 tazas risoni/orzo
400 g garbanzos cocidos (sin líquido)
3 tazas caldo de pollo bajo en sodio
1/2 cdta sal
1/4 cdta pimienta
3/4 taza crema de leche (espesa o light)
1/3 taza parmesano rallado
150 g espinaca fresca (o 4 tazas de kale)
1/3 taza tomates secos picados (opcional)
Para servir
2 cdas albahaca picada (opcional)
Más queso parmesano
1. Sazonar el pollo
Mezcla todas las especias y cubre los filetes por ambos lados.
2. Dorar el salami
Calienta el aceite en un sartén grande. Cocina el salami 2 minutos hasta que quede crujiente. Retira y reserva sobre papel absorbente. Deja la grasa en la sartén.
3. Sellar el pollo
En la misma sartén, dora los filetes 3 minutos por lado hasta que estén dorados y cocidos. Reserva tapados con papel aluminio.
4. Sofrito
Agrega cebolla y ajo. Cocina 1 1/2 minutos. Añade el vino y deja evaporar mientras despegas los residuos dorados del fondo.
5. Cocinar el risoni
Agrega la pasta de tomate y mezcla 1 minuto. Incorpora el risoni, garbanzos, caldo, sal y pimienta. Cocina 8 minutos, revolviendo cada minuto para evitar que se pegue.
6. Volverlo cremoso
Añade crema, parmesano, espinaca y tomates secos. Mezcla hasta que la espinaca se ablande y el risoni esté cremoso y suave.
7. Servir
Corta el pollo en tiras. Sirve el risoni en platos hondos y agrega encima el pollo, salami crujiente, más parmesano y albahaca.
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Tips para preparar risoni de pollo con salami crujiente en una sola olla
Si el risoni queda muy firme, agrega un chorrito más de caldo y cocina 1–2 minutos.
Si el pollo se enfría mientras preparas el risoni, puedes regresarlo 1 minuto a la sartén.
Cambia los garbanzos por fríjoles blancos si prefieres una textura más suave.
Para una versión más ligera, usa crema baja en grasa y menos queso.
El salami aporta sabor y grasita: no lo reemplaces si quieres un resultado auténtico.




